Cuando estamos estresados, nos podemos encontrar “atascados” al reflexionar sobre malas experiencias pasadas o creer que solo son posibles los resultados negativos. Vivir en tal negatividad puede afectar nuestra salud y nuestra capacidad de planificar positivamente. Las siguientes estrategias pueden ayudarnos a “despegar” y avanzar en la dirección correcta.
Observe cómo y cuándo usted se encuentra teniendo pensamientos negativos. Cuando los pensamientos negativos le estancan, trate de encontrar un patrón. ¿En qué parte del día suele tener esos pensamientos? ¿Qué está haciendo cuando surgen esos pensamientos?
Interrumpa el patrón. Cuando note que está teniendo muchos pensamientos negativos, intente respirar profundo. Trate de volverse a enfocar en algo concreto y más positivo ¡Esto requiere práctica!
Limite el tiempo que dedica a leer y ver imágenes e historias negativas. Desconéctese cuando las redes sociales se vuelvan maliciosas. No disemine noticias sobre una terrible tragedia. Intente minimizar su exposición a imágenes, películas y videos violentos.
Esté atento a las “buenas noticias”.
A veces parece que no hay progresos o que no podemos hacer nada; pero trate de desarrollar el hábito de encontrar las “buenas noticias”.
- En lugar de enfocarse en lo que faltó, reconozca cualquier resultado positivo. En lugar de centrarse en el hecho de que la cena fue un “caos” y quedaron muchas cosas sucias, piense que todos se fueron a la cama habiendo comido. Es posible que los platos no se hayan lavado, pero pudo leer un libro con los niños antes de que se fueran a dormir.
- Busque buenas noticias a su alrededor: la sonrisa de su bebé, los logros de sus hijos (grandes y pequeños), metas que alcanzaron familiares y amigos, el buen clima, una conversación positiva.
Otras estrategias:
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